En un lejano castillo perdido en las arenas del tiempo
cubierto por otoños de llanto, donde el sol ya no daba calor,
había una pequeña princesita cubierta en lágrimas de desconsuelo......
entretanto, acercándose suavemente una voz le preguntaba:
Quién es el que ha hecho que tu boca no puebe alimento alguno?
Quién es el que provoca que en tus mejillas se deslice el dolor de tu alma?
Dime princesita... dime quién...
Quién apagó tu corazón después de llevarte en el mar de sus caricias?
Quién te hizo encayar entre susurros para dejarte al abandono en soledad?
Dime princesita... dime quién...
Quién llenó de color y magia la luz de tus días para borrarlo después?
Quién pintó con sus besos tus labios despojando de ellos tu sonrisa?
Dime princesita... dime quién...
O es que acaso en el calor de sus brazos has olvidado tu nombre?
Ven princesita y no llores más...
Que mañana saldrá el sol y la humedad en tu mirada no dejará ver su fulgor...
Un profundo silencio enmudecía el gran salón...
Mientras entre sollozos la princesa repetía:
-¡Tienes razón mamá!... tienes razón...
Las princesas nunca lloramos... solo morimos de amor..............
........................ ¡¡¡en silencio!!!.
Frida E. Masdeu
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