Durante el recorrido transitorio por esta vida, me ha tocado experimentar situaciones dolorosas de enfermedad… pero las más quebrantadoras han sido cuando mis hijos han tenido que pasar por enfermedades “incurables”… ¿Y, Por qué? ... Porque muchas veces Dios permite el sufrimiento para que su gloria y poder sea manifestado!!!
Detrás de todo ese sufrimiento que solo una madre puede explicar, aunque por fuera parezca un roble, me he aferrado a Dios y a las palabras de un hombre sabio.
“La Biblia nos habla de la vida de un hombre sabio y muy próspero, Job. Era muy reconocido por todos por la forma tan especial en la que había conducido su vida, y era considerado temeroso de Dios y que contaba con su respaldo a juzgar por todas las bendiciones que le habían sido dadas.
Un día, el buen Job perdió todas sus riquezas y sus hijos murieron en una terrible tormenta de viento; sabía lo que significaba estar arruinado. Después, se vio atacado por una enfermedad que lo dejó cubierto de repugnantes llagas. Todo lo que le quedó fue su esposa y ella no hizo mucho para consolarlo. Qué triste debió ser para Job tener casi simultáneamente una serie de pérdidas, de bienes materiales, de salud, de sus hijos, su casa, su ganado, su riqueza, su status, su poder y credibilidad, el respeto y amor de su esposa, de sus amigos, todo lo perdió en un abrir y cerrar de ojos.
El consejo de su esposa fue: ¡Maldice a Dios y muérete!. Job le respondió: “Si aceptamos los bienes que Dios nos envía, ¿Por qué no vamos a aceptar también los males?” Y la Biblia añade: “Así pues, a pesar de todo; Job no pecó”
Tres amigos fueron a visitar a Job, insistiendo en que algo muy malo debía haber hecho para que le sucediera esta tragedia. Pero estaban equivocados. Job no había hecho nada malo como para merecer el cruel tratamiento que recibió. Entonces, ¿qué razón hubo para su desgracia?
Job ha sido el más famoso ejemplo de lo que se conoce como “sufrimiento ejemplar”. Dios permitió que Satanás oprimiera a Job para demostrar la absoluta confianza de Job en la fidelidad de Dios. En medio de sus sufrimientos, Job rogaba: “Oh, ojalá mis palabras fueran grabadas, que fueran escritas en un libro” Dios cumplió con el pedido de Job, ya que millones han sido alentados por su historia, que aparece en el libro más leído del mundo, la Biblia.
Al principio el sufrimiento ejemplar puede parecernos injusto. Como seguidores de Dios, en algún momento podemos ser llamados a experimentar aflicciones y pérdidas. Si las aceptamos con fe, como lo hizo Job, demostraremos al mundo que Satanás es un impostor y Dios, el único que verdaderamente nos ama y nos responderá en su completa fidelidad.
Dios nos ama, y necesitamos responder a su llamado confiando en Él. Nunca estaremos solos en el sufrimiento.
En medio de los problemas que parecen no tener solución, el llamado es a no alejarnos de Dios.
Dios quiere consolarnos, la tristeza, miseria de la vida y las múltiples pérdidas que hemos tenido, suelen llevarnos a dudar del amor y del interés de Dios por todos nosotros. Pero Dios, es quien convierte el mal en oportunidades de crecimiento. “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales Él ha llamado de acuerdo a su propósito”
Nuestro sufrimiento puede ser muy injusto, consecuencia de nuestras acciones, o simplemente no tener una respuesta que satisfaga nuestras inquietudes. Pero el cristiano sabe que aún en el dolor más intenso y la tristeza más profunda, Dios nunca nos abandona.
¿Por qué sufrimos? Quizás nunca lo sabremos, pero su promesa es que nunca nos defraudará. De cualquier forma, una buena explicación del por qué sufrimos no aliviará el dolor; nuestro consuelo y esperanza sólo se encuentran en Dios.
Aceptar la voluntad de Dios implica depositar nuestra fe y nuestra confianza en un Dios vivo que a pesar de que no entendamos muchas veces sus planes y decisiones, sabemos que nos ama y su voluntad siempre obra para beneficio de nosotros, implica también vivir cada circunstancia adversa estando dispuesto para aprender de Dios, y vivir con FELICIDAD independientemente de las circunstancias, con la profunda convicción de que Dios nos ama y está controlándolo TODO.” (Exodus Lat.)
Con amor... Yo ...
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Mis amados hijos... la razón de mi vida. |